Otras, en cambio, por ejemplo Montilla, poseÃan estas estructuras hidráulicas distribuidas por su extrarradio urbano y sus zonas rurales. Todas ellas proveÃan a las familias más humildes que no disponÃan de agua en sus casas. Alguna fuente siempre solÃa quedar cerca de la puerta de acceso principal a la ciudad, donde se aglomeraban los viajeros recién llegados. El agua pública fue también objeto de pequeño comercio, ya que innumerables aguadores recorrÃan las calles con el tintineo de sus vasos metálicos, transportando el preciado lÃquido en odres de cuero. OfrecÃan a voces la bebida en las tardes de calor para vender su mercancÃa por unas monedas. La figura del aguador ambulante y vocinglero, nos ha sido familiar hasta hace algunas décadas, al menos por las tierras de AndalucÃa. Los aguadores llevaban el agua cristalina desde las fuentes a las casas, transportándola en borriquillos o carros, aún en plena transición democrática española.
El cometido de los antiguos aguadores montillanos era llevar el agua en cubas o cántaros desde las fuentes públicas a los domicilios de los vecinos que se la encargaban, pagándoles por ello un dinero con el cual sobrevivÃan dignamente. Las familias más pudientes, como los nobles, eclesiásticos, etc., tenÃan sus propias fuentes, aljibes o pozos en los patios de sus casas. Los más necesitados tenÃan que surtirse de agua por sà mismos o bien por medio del aguador.
Los aguadores tenÃan que ser hombres fuertes para poder desempeñar su trabajo, considerado como muy sufrido, sobre todo en verano, ya que no sólo tenÃan que subir sus cántaros a casas ubicadas monte arriba de la fuente, sino que además llegaron a colaborar, con su viaje lleno de agua, en la extinción algún incendio. Por otro lado, las fuentes públicas fueron también lugares donde llegaban todo tipo de noticias: comentarios, crÃticas, difamaciones, etc. Con las actuales conducciones de agua en las viviendas terminó el tradicional oficio de los aguadores de borrico/carro y cántaro. En cuanto a los últimos aguadores de Montilla, los más conocidos fueron José Reinoso, Frasquito “el de la loterÃa†y Pepe Moreno, quienes iban con carrillos de mano vendiendo el agua que contenÃan en unos seis cántaros. Algunas de las fuentes cercanas a Montilla, de donde los aguadores pudieron haber obtenido su materia prima, fueron:
fuente Nueva, El Ãlamo, de la Higuera, de Santa MarÃa y de La Flauta. “Sirva este artÃculo para recordarlosâ€


